Segunda luna
El tiempo finalmente comenzó a moverse, no me percaté cuándo. A pesar de que los libros y las paredes siguen mojadas por la lluvia y esta madrugada está lejos de terminar, el peso en mi pecho, que siento desde el día de tu partida, ya no duele tanto. Hay momentos en los que ni siquiera lo siento, se pierde, luego, regresa con fuerza y en intervalos. Me pregunto si he comenzado a olvidarte o solo a dejar de amarte. Ahora no busco tu rostro en otras personas. He ido recuperando parte por parte todo lo que perdí con tu presencia; las personas, los espacios, las metas y objetivos que tracé para mí se han revelado nuevamente. Cierro los ojos y ya no vienen en oleadas los recuerdos juntos ni la sensación de culpa; me di cuenta de que quizá tenías razón y alejarte era lo mejor, pero solo para ti. Ya no hay música que nos recuerde porque te has llevado todo contigo. Encontrar lugares para renacer ha sido lo más difícil, porque no eres una presencia física ni habitas en un objeto, estás dentro ...