Lo que callo
No te dejes guiar por la máscara que uso cuando no me miras.
A veces, cuando estoy solo, soy tan vulnerable… por eso me oculto y me desangro
en silencio, donde no puedas verme. Debo mostrar siempre una sonrisa que diga a
otros que todo está bien, pero pretender que todo funciona si vos no estás, lo
pesada de esa máscara, es lo que callo.
Me quedo mirándote a veces. Te veo sonreír, te veo ser vos
misma y danzar. Envidio los cuerpos que se acercan a ti, los brazos que te
rodean, los labios que te besan. Cuando me doy cuenta ya es tarde, y mi
interior se asoma queriendo buscarte, pretende confirmar que todavía eres mía y
que yo soy tuyo, incluso en la distancia. Esta sensación de ansiedad y enojo es
lo que callo.
Me culpo porque dejé que todo avanzara hasta el punto en que
te necesito, te extraño, hasta el punto en que me encuentro pensándote y creando
para los dos momentos oportunos, nuestros, propicios para el amor que quiero
compartirte. Esta culpa y esta frustración son lo que callo.
Te deseo, y ahora que mis dedos te han encontrado y que mis
labios te buscan incluso en la oscuridad de la noche, la necesidad de ti se
apodera de mí en todo momento. Acariciar tu cabello, besarte lento, sostenerte
contra mí, sentir tu piel suave y tus curvas con mis palmas en el recorrido que
trazan desde tu cintura a tu cadera. Esta sensación de lujuria es lo que callo.
Me veo buscando lugares para crear nuevos momentos. Bares,
restaurantes, parques, teatros; todo me habla de vos y soy un caminante
buscando recuerdos que no se consolidan, recuerdos de cosas que no pasan,
porque el futuro con vos es incierto, tal como lo que sientes por mí. Esta incertidumbre,
esta duda, son lo que callo.
Quiero construir con vos tantas cosas: aprender cómo eres,
cómo vives, cómo amas, cómo sientes. Qué disfrutas, qué desprecias, qué
quieres, qué ves, qué lugares frecuentas, qué te motiva, qué te inspira… Quiero
que seamos más que dos, que seamos uno. Esta voluntad paradójica es lo que
callo.
Pongo mi vida en juego a diario -y lo sabes- para
simplemente contar con tu saludo, con una mirada fugaz, con un beso entre
comillas. Arriesgo todo para tomar tu mano y poder compartir cualquier migaja
de amor que puedas darme, cualquier segundo que me concedas de tu tiempo. Este anhelo
y el riesgo son los que callo.
Te das la vuelta cuando me acerco, y a veces te siento tan
cerca, que podría alcanzarte si estiro mis brazos. En otras ocasiones estás tan
lejos, sos tan distante y tan irreal, que cuestiono si lo que hemos vivido ha
sido producto de mi imaginación, si despertaré un día y todo fue un sueño. Esta
soledad es lo que callo.
No sé si soy yo quien te gusta, no sé si piensas en mí
cuando besas, cuando ríes, cuando hablas o cuando callas. Quiero vivirte tanto
como sea posible. Este negativismo es lo que callo.
Te amo tanto… y este amor es lo que callo.
Jaime Villada Vélez - Saeta Roja
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