Pausa dramática


Mi gran ambición en esta despedida es romper completamente con el propósito de la despedida, en cambio quiero que puedas releer una y otra vez mis palabras, que puedas volver a ellas cuando te sientas sola, cuando estés triste, cuando sientas que te pesa la nostalgia o cuando la vida te abrume.

Procuré mil encuentros contigo y es irónico que solo coincidiéramos en el desencuentro. Nos topamos en una parte del camino (muy corta, pero muy feliz) y ahora tomaremos rumbos separados. Es inevitable verme en la orilla del camino despidiéndote con la mano, sin dejar de moverla hasta que te pierdes más allá del panorama, y entonces las ganas de correr detrás de ti, de gritarte tantas cosas que por cualquier motivo no pude, me invaden, pero es tarde, y no quiero dejar promesas que no cumpliremos jamás, ni quiero creer en un reencuentro y toparme con la realidad fría de tu ausencia.

Weltschmerz

Siempre he sido reservado, y nunca pude encadenar mis acciones con mis palabras cuando estuve contigo. Lamento reconocerme en esta debilidad, porque me reprochaste ser negativo y pesimista, pero es en lo que te conviertes cuando has fallado en tantas cosas y has perdido a tanta gente.
Espero que perdones algún día mis ausencias, mi inconstancia. Soy de las personas que temen aferrarse demasiado a la gente, por miedo a la premisa de que, quienes más queremos, son quienes más daño nos hacen. De cualquier modo, tienes un lugar reservado en mí, en ese lugar donde escondo mis momentos más felices, por eso tu imagen no podrá estar jamás empañada por el rencor, el arrepentimiento o la culpa. Mis palabras siempre han sabido ocultarme y evadirme, y ni siquiera contigo logré romper el silencio.

Creo ser más elocuente con mis actos que con mis palabras, pero contigo todo ha fallado desde el principio. Nos topamos en el peor momento posible, y a pesar de los miedos, los conflictos, la ansiedad y la angustia que nos producía ese punto de nuestras vidas, logramos sonreír y olvidarnos de todo durante las tardes felices y las madrugadas de pláticas. Permaneces en mí en formas absolutamente espléndidas: vives en arte, palabra y poesía, y logras llenar cada rincón con tus colores, con tu alegría.

En ocasiones, cuando sentí que la soledad llamaba a tu puerta, aparecí para que las palabras correctas las dijera la persona incorrecta. Entiende que quería llamar de algún modo tu atención, hacer que te fijaras en mí, mostrarte que a pesar de mi distanciamiento, mi amor quema y duele. Ser oportuno es el único remedio en medio de tanta ausencia y de tantos intentos desesperados y fallidos por ser feliz.

Te guardaré con profunda gratitud y amor en donde conservo el tiempo perdido y los recuerdos apreciados. En el mismo lugar en donde lo real y lo onírico son la misma cosa.

Jaime Villada Vélez - Saeta Roja




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