Para ella, por supuesto

Un día me vi atraído por una mujer; es extraño, porque nunca hubiese imaginado que entre tantas mujeres a mi alrededor me vería deslumbrado por el brillar de su mirada. Con gran timidez decidí hablarle. Quería tener la certeza de que su voz fuera tan dulce como lo imaginaba en mis pensamientos. Me alegré al darme cuenta de que más que una expectativa, era una realidad.

Cruzamos la mirada, para nadie es un secreto que al estar frente a la persona que deseas sientes un gran vacío y se genera un silencio incómodo. Llevaba mucho tiempo con la idea de decirle las grandes cualidades que poseía, y que para mi resultaban ser muy atractivas.

Es muy hermosa, con una sonrisa tan resplandeciente como el amanecer, de un intelecto sin igual, una mirada fría con una chispa de picardía que refleja cierta indiferencia y a la vez busca ser comprendida.

La noté sorprendida, me dijo que era la primera vez que alguien la elogiaba. Me sentí liberado al decirle todo lo que sentía al estar frente a ella.

Intentamos ser mas cercanos, como si construyéramos un puente para superar este profundo abismo que nos separa.


Mi intención es estar a su lado, tomar su mano, sujetarla contra mi pecho y abrazarle el alma. 


 Imagen D-day

David Villada Vélez - Saeta Roja

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