Celebro tu vida

En la vida hay personas que simplemente llegan y se van, y otras cuyos recuerdos viven en las cosas que dejaron tras ellos, en momentos, lugares, palabras, algún cuadro en la pared y alguna pincelada en el alma. 

Celebro tu vida, esa que has compartido conmigo en migajas, esa de la que tampoco soy parte. Celebro haber coincidido de la forma menos precisa y más accidentada posible. Celebro hacer parte de algún tiempo pasado donde todo fue igual de inoportuno y efímero que ahora y anhelo al menos no desaparecer de los días futuros que vivas. 


En este espacio entre nosotros, de este lado del abismo, sin temor a equivocarme aseguro que fui el que más quiso, el que más deseó y el que aún espera. Te deseo vida, alegría, felicidad, amor... todo aquello que de mí no obtuviste y que espero des con ello, porque el amor también consiste en renunciar y dejar ir.


Te agradezco incluso lo malo, lo triste, lo desolador. Gracias por ser palabra, por ser poema, por ser encuentro y ser pretexto, por ser amarga, por ser dulce, por ser alegría, por ser desgracia. Gracias por aparecer y revolcarme la vida y por desaparecer y destrozarla. Gracias por reaparecer y ponerme de cabeza, y por irte sin despedirte ni cerrar la puerta. Que cada día esté lleno de promesas y logros para vos, que cada día seas más tú, seas esa persona de la que enamoré hace tiempo y seas esa persona por la que aún hoy suspiro, todavía quema, todavía pesa el hubiera, pero siempre hemos sido eso: distancia, pasión y dolor. 


Te mando un abrazo que te recorra toda, y te mando un beso que guardes, que puedas poner en tu pared, algo mío, pequeño, que pueda permanecer en ti.






Jaime Villada Vélez
Saeta Roja

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